El fútbol profesional se ha convertido en un negocio a todo nivel, donde cada club pone en juego muchos de sus intereses y no solo económicos, también sus inversiones en futbolistas de talla mundial, el mantenimiento de sus estadios, los empleados, seguridad e inversión en las instalaciones deportivas, entre otras, hace que enfocarse en la actuación del árbitro, sea una decisión de segundo plano siempre que los equipos consigan sus objetivos; si el colegiado tiene una mala tarde nadie del club dirá nada, siempre y cuando obtenga la victoria; otra cosa bien diferente es cuando un equipo no consigue el objetivo; entonces hay que buscar culpables y lo mejor es desviar la atención buscando responsables lejos del equipo y sus componentes; hay que ganar tiempo, no puede recaer la culpa del fracaso deportivo, en los dirigentes, jugadores o Técnicos; la anulación de goles, expulsiones, fueras de juego, o penaltis, suelen ser las quejas más utilizadas como excusas para que el Árbitro sea el indiciado, aunque en muchos casos esas quejas pueden llegar a tener razón, no son en sí el causante de los problemas deportivos.

En muchas partes del mundo los clubes, a través de los medios de comunicación, realizan una campaña exigiendo que se sancione al árbitro; entre sus argumentos, se cobijan con frases tales como: este árbitro no nos trata igual”, “merecemos el mismo respeto que otros”, ”todo nos lo pitó en contra” etc… Exigen castigos para los colegiados y de esta forma acompañar sus argumentos de la derrota o fracaso deportivo con la sanción del árbitro, siendo esta una manera de combatir la irrevocabilidad de las decisiones arbitrales.

Es importante destacar, que en cada juego de liga, existe un Veedor o Asesor arbitral, quien casi siempre es un árbitro ya retirado y quien ha sido preparado para ejercer esa responsabilidad, a través de un adiestramiento especialmente diseñado para evaluar a los colegiados que participan en el juego; esta persona, es la encargada de remitir un informe sobre la actuación del conjunto arbitral, que va desde su arribo a la ciudad donde se desarrollará el partido, hasta cuando cumplidas las responsabilidades del juego, se retiran, es decir, es la persona más cercana a los árbitros y quien los evaluará, no solamente por su desempeño en el campo de juego, sino también por su comportamiento antes y después del juego.

El informe llegará a la Comisión de Árbitros de cada Federación y será un Comité Técnico, quien se encargue de evaluarlo y en caso que se considere procedente, de acuerdo a la magnitud del “error” y sobretodo su influencia en el resultado del partido, se procederá a sancionar al Principal o a sus Asistentes, esto es conocido en el ambiente arbitral como “El Congelador”, es decir, por un tiempo el cual decide este Comité Técnico, el o los involucrados, no podrán tener participación en los juegos de primera categoría; en estos casos, los colegiados afectados no deben ver estas sanciones como un problema, sino todo lo contrario, tienen que buscar la forma de verlo como una oportunidad para mejorar, pues sin errores no hay mejoría posible. Cuando se comete un error de apreciación está dentro del juego, es una parte más, eso sí, la cosa cambia cuando este error es grave y perjudica a un equipo; el árbitro el Árbitro estará fuera de acción por un tiempo determinado, por este Comité Técnico, con la intención que ya cuando le corresponda volver a dirigir, su concentración sea mejor.

La trascendencia de estos errores varía de acuerdo al origen de la falta, por ejemplo, si se comete un error técnico por desconocimiento de la normativa vigente, el colegiado puede hasta perder la categoría y ese fallo no tiene necesariamente que perjudicar a un club, como suele suceder en los errores de apreciación. Una cosa es no ver algo y otra muy diferente es no señalar una infracción por desconocimiento; un árbitro de fútbol es un especialista en las reglas de juego, por ese motivo los errores técnicos, siempre serán sancionados con mano dura.

Hay muchos colegiados que pasan por “el congelador”, pero estos arrestos no transcienden a la opinión pública, normalmente las sanciones más sonoras son aquellas en las cuales el árbitro comete un error en un partido donde participan los equipos con más fuerza en los medios. Ahora bien, cuando los medios de comunicación hacen público el paso por “el congelador” de algún árbitro; el colectivo aprovecha esa oportunidad, para enfilar sus baterías de improperios contra de él o los árbitros involucrados y descargar su furia contra los mismos, porque la matriz de opinión claramente definida, indica que perdieron por culpa de ese Árbitro, que cometía errores en contra de su equipo y no por culpa de jugadores que erraron un pase o que patearon mal un penalti.

Para aquellos, quienes consideraban que los Árbitros no eran sancionados, pueden estar tranquilos, ninguno de los Colegiados goza de impunidad y si cometen errores serán sancionados, pero estas sanciones si son aprovechadas y sirven para enmendar los errores siempre serán bienvenidas.

. ….Definitivamente no es fácil ser Árbitro….

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